La situación en Nigeria se complica. Otra vez.
Después de las elecciones presidenciales y la victoria de Jonathan Goodluck, los episodios de violencia empiezan a sucederse. Las noticias hablan de 200 muertos y 48000 personas que abandonan sus casas huyendo de las luchas.
Para entender el conflicto que sufre este país hay que preguntarse por qué.
Los Ibos del sur-este, del Delta del Niger, la región petrolera de Nigeria, son cristianos y tienen tradición empresarial. Los Hausas-Fulani del norte son musulmanes, con gran tradición política, comercial y militar. Y los educados Yorubas del Oeste, musulmanes y cristianos que juegan un papel estabilizador.
En Nigeria el conflicto Norte-Sur no es una cuestión principalmente religiosa como muchos apuntan, y mucho menos una cuestión étnica. El principal problema de base es la situación político-económica.
La religión favorece el enfrentamiento, es la excusa y juega un papel político importante a la hora de polarizar a la población, pero si todos compartieran credo, el conflicto no desaparecería.