Entusiasmo inicial:
Nada más llegar al país de acogida, la voluntaria o voluntario experimentará una especie de euforia en la que recibirá todo lo nuevo con entusiasmo, curiosidad y novedad.
Woooo!! Todo era entonces tan maravilloso. La selva nacía a nuestro alrededor, las sonrisas de los negros eran hermosas y todo el mundo nos daba la bienvenida.
Choque cultural:
Después de las primeras semanas puede surgir el choque cultural. En esta fase el/la voluntario/a notará la ausencia de modelos a seguir para comunicarse e interaccionar con la comunidad de acogida. Sentirá que no está en el lugar apropiado, rechazará todo lo que anteriormente le provocaba entusiasmo y sufrirá desintegración y soledad. El bajo conocimiento de la lengua de acogida puede aumentar estos sentimientos.
Aquí, en Nigeria, el choque cultural viene porque uno no está acostumbrado a:
Que te digan a cada paso frases como: Have you bring something for me? Give me money!
Que un desconocido que quiere ser tu nuevo amigo te suelte: Give me your phone number, now!!
Que se te cuelen en el super, y que te empuje un monstruo de dos por dos si tratas de oponerte.
Que necesites dos horas para imprimir una foto o tres si quieres pizza en un hotel.
Que no haya luz, que solo haya garri para comer, que te pongan una fanta caliente en vez de cerveza fría o que los ratones se paseen por la encimera de la cocina.
El choque cultural en Nigeria es, obviamente, muy duro. Así que la siguiente fase tardó en llegar.
Adaptación inicial:
Poco a poco la voluntaria o voluntario entrará en una fase en la que controlará esos sentimientos negativos, recuperará su seguridad, volverá a relacionarse con los demás y aprenderá a tener autonomía.
Pues si, uno se endurece y aprende a exigir las cosas en vez de a pedirlas, a pasar de los pesados en vez de charlar con ellos, a negociar cada compra, a colarse en el bus, a dejar el dinero encima del mostrador o en los cables del freno de la moto-taxi e irse sin más...
En fin de año me pedí una cerveza, el chico no tenia cambio y prometió dármelo después. Más tarde, le pregunté por mi cambio y me dijo que era fin de año,-Merry Christmas-. Le exigí el cambio de inmediato:-Dame el cambio ahora!- Al rato pedí nuevas bebidas y no le pagué. Me preguntó por qué. -Porque es fin de año, happy Christmas, buen rollo...- (Pagué antes de irme).
Aislamiento:
Después de algunas semanas, la/el voluntaria/o puede empezar a echar de menos a sus amigos/as y familia, sentir la lejanía con su entorno (la sensación de estar perdiéndose muchas cosas), lo que le puede generar sentimientos de soledad, frustración o aislamiento. Esta fase se superará mucho más adecuadamente si la voluntaria o voluntario ha hecho amigas/os en la comunidad de acogida, se siente parte integrada del equipo de la organización de acogida y realiza actividades sociales, culturales o deportivas.
Lo que más se echa de menos es la comida. ¿Se come mal en Londres? Ven a disfrutar de la comida nigeriana! Masa de casaba o yame mojada en sopas de pescado o vegetales con un pequeñiiisimo toque picante. Se echa de menos la familia y los amigos y, algunas veces, a Iñaki Gabilondo o al calvo de los deportes.
Aceptación e integración:
Finalmente el voluntario o voluntaria estará perfectamente acostumbrado/a a los hábitos, costumbres, comida y otros rasgos culturales de la comunidad de acogida; en otras palabras, habrá aceptado la nueva cultura, se dará cuenta de que tiene cosas buenas y malas que ofrecerle, podrá disfrutar plenamente las experiencias que viva y simpatizará con los y las demás.
Aceptar y respetar por supuesto, la integración es más complicada. Porque eres blanco, y la gente te llama bmakara a cada paso pidiendo dinero, porque es casi imposible tener amigos y porque si tienes novia o novio más vale que pienses en casarte o en largarte. Así que, en esas estamos, conocí a Peter Jenkins, un ecologista americano que lleva más de 20 años trabajando y viviendo en Nigeria. Se adapta si, ¿pero está integrado? La respuesta es "todo lo integrado que se puede estar".
Choque de retorno:
El choque de retorno es más difícil contra mayor haya sido la estancia fuera y mayor haya sido el choque cultural. Hay una fase de entusiasmo, choque y adaptación.
Evidentemente para nosotros la vuelta a casa no será fácil. Hemos vivido demasiadas experiencias para no evolucionar mentalmente. Volveremos más o menos sensibilizados, más o menos generosos, más o menos humanos... El "horror" Conradiano seguirá marcando vidas.
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