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martes, 14 de mayo de 2013

Vuelo de Sevilla a Lisboa con TAP.

Espero mi turno frente al mostrador de facturación. Una joven vestida con el uniforme de la aerolínea portuguesa TAP, me sonríe extendiendo la mano para recoger mi documentación.

- Por favor, deme un asiento de ventanilla y si puede ser con espacio para mis rodillas.- Le solicito temeroso.
- En este vuelo todos los asientos son de ventanilla. Le he colocado en la ventana de emergencia. ¿Desea facturar?
- No, prefiero como equipaje de mano.
- Muy bien, como equipaje de mano. Tendrá que entregar la maleta justo a la entrada del avión, una vez que baje se la devolverán.
- ¿Y eso? Le pregunto extrañado.
- Cuando vea el avión lo entenderá. Es pequeño y no hay espacio para el equipaje.- Sentenció.- Tenga usted buen viaje.


Decir que el avión era pequeño es faltar a la verdad. Decir que era una avioneta tampoco sería exacto. Yo lo definiría como una furgoneta para veinte pasajeros con alas.
Las maletas al maletero, la gasolina al tanque, y cada uno en su asiento de ventanilla-pasillo. Arrancan los motores, las hélices giran, y así, en tres minutos, el autobús con alas alza el vuelo.

Comparar un avión pequeño con uno grande es fácil, es como comparar un Seat Panda con un Audi A8, contra más gordo mejor, ya se llame jet privado o avión del presidente, cuando vienen las turbulencias es menos divertido pero más cómodo el A8.

Lisboa brilla en la tarde. Sus caóticos tejados, sus puentes y sus islas de verdes parques me dan la bienvenida.

2 comentarios:

  1. Muy bueno el relato, acabo de hacer el vuelo Málaga-Lisboa y buscando datos del avioncillo he encontrado tu blog. Me he reido un monton con tu relato que es justo lo que me pasó a mi.

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