Cuando el hambre alimenta la pobreza del alma.
Llegué a Nigeria y observé las desigualdades sociales muy acusadas. Grandes todoterrenos, chalets de lujo y móviles de ultima generación dan la mano a gente que vive y come de la basura. Sin embargo, pronto me dí cuenta que aunque la mayoría de la gente es muy pobre, tiene para comer.
Otro tipo de pobreza les acecha ahora, una pobreza que no duele físicamente, si no que mata los espíritus y las almas de los hombres y mujeres que quieren ser libres. No muchos son conscientes, se han criado en la más absoluta rutina de cultivar, vender, comer, criar, pero algunos abren los ojos para despertar en una vida que no les deja margen para nada diferente. Aquí, la educación no es una prioridad. La cultura propia, tradicional, se cubre de esa anticultura occidental adoptada por todo el globo, donde la felicidad se equipara al consumo y tenencia de bienes absurdos. Analfabetos, necios, ignorantes, dóciles marionetas fáciles de manejar por la élite, no les queda otra.
Por eso, cuando desde aquí miro a mi país, y veo que abunda la misma gilipollez, acompañada de la desidia, desgana y pasotismo de quien puede y no quiere leer, me presiono, me obligo y me motivo para seguir una página más. Y recuerdo las palabras de Garcia Lorca:
No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan.
No existen estadísticas fiables del gasto en Educación en Nigeria. Quizás porque no tengan un organismo encargado de las estadísticas suficiente, o quizás porque las cifras sean tan vergonzosas que el Gobierno prefiera no publicarlas. En cualquier caso, para hacernos una idea, optimistamente, estaríamos hablando de entre un 2 y un 3% del PIB. Sus vecinos Cameruneses destinan un 3%. En España superamos el 4% del PIB, EEUU no llega al 6%, en Noruega están en torno al 7%, Cuba en 2008 superó el 12%. Hay que tener en cuenta que la población en edad escolar de los países es muy diferente.
La educación, a través de la cultura, hace a las comunidades protagonistas de los cambios sociales y del desarrollo de sus pueblos, dándoles autonomía para tomar decisiones, decidir quienes quieren ser, y elegir su alternativa.