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domingo, 13 de febrero de 2011

A Benin!
Kanu, Patri y yo nos vamos de viaje a Benin, país frontera oeste de Nigeria. Así que estaré perdido un par de semanas intentando entender francés. Playas paradisiacas, lagos embrujados, rituales budú, antiguos puertos de esclavos, y la novedad, vamos a la caza de los grandes bichos de África.



Nos vemos a la vuelta!!

sábado, 12 de febrero de 2011

Todos a sus puestos!

El otro día escuché a un nigeriano decir algo así como que "no toda África está igual de desarrollada que Nigeria, sólo Sudáfrica". Así que pensé que este hombre había viajado poco por África y me puse a buscar algunas listas para clasificar a Nigeria a nivel internacional.

Nigeria, país número 31 según el Producto Interior Bruto (PIB), suma de los bienes y servicios producidos por un país durante un año, a valores de paridad de poder adquisitivo (PPA). Un país rico.

Nigeria, país número 128 según el PIB per cápita, resultado de dividir el valor de la producción entre el número de habitantes. Un país superpoblado.

Nigeria, país número 142 según el Índice de Desarrollo Humano (IDH)*. Un país pobre con una política nefasta.

*El IDH es una medida comparativa de la esperanza de vida, la alfabetización, la educación, y el nivel de vida correspondiente a países de todo el mundo. Utilizado para medir la calidad de vida. Aquí puedes ver la lista completa.

Da igual que lleves creciendo por encima del 5% del PIB durante cinco años, si el beneficio se lo llevan dos empresas extranjeras que exportan petróleo y queman el gas, tres políticos corruptos, y cuatro empresarios nigerianos o no, educados en la Universidad de Harvard, que vuelven para hacer negocios a la americana.

Así que, después, le expliqué al caballero que Nigeria era un país muy potente pero pobre como el que más, pero no me creía. Los políticos y medios de comunicación hacen bien su trabajo si este consiste en mantener las cosas como están y, por tanto, a las masas ignorantes.





jueves, 10 de febrero de 2011

UNICEF coordina y apoya financieramente un plan de saneamiento de comunidades con la Rurar Water and Sanitation Agency (RUWATSA). El proyecto consiste en conseguir que las comunidades dejen de defecar al aire libre. Primero, hay que poner en marcha la acción, elegir la comunidad, hacerles partícipes, que entiendan la problemática sanitaria, que quieran iniciar el proceso de cambio. Segundo, se les explica como construir y utilizar las letrinas. Tercero, se verifica que efectivamente la comunidad está concienciada, ha dejado de defecar al aire libre y han construido y utilizan las letrinas, y que todos tienen acceso a ellas. Cuarto, se les concede un certificado sanitario. Quinto, empiezan las ayudas en términos de dinero, mejorando, reconstruyendo, manteniendo y desarrollando instalaciones. De esta forma se evita el derroche de dinero que supone construir un sistema de saneamiento que luego ni se utiliza ni se mantiene, error de tantísimos proyectos de cooperación y desarrollo. Problema, el proyecto necesita varios años de trabajo en el terreno.

A Kanu lo contrataron para inspeccionar varias comunidades y determinar si estaban listas para otorgarles el certificado de comunidad libre de defecaciones al aire libre. Y yo, me fui de ayudante a siete comunidades, cuatro dentro de Calabar Municipality Local Goverment Area (Abenjo, Bacoco, Ikot Anwatim y Esuk Atu) y otras tres en Bakassi L.G.A. (Usong Esuk Efio, Ikot Iwang y Akpa Okon Ene Ita).

Salimos de la ciudad de Calabar y nos metemos a la derecha por un camino de tierra. A lo largo del camino vemos muchas comunidades, Nigeria está demasiado poblada. La gente, construye su casa, tala el bosque y cultiva la tierra, no les queda otra para sobrevivir. No hay control, las casas, las granjas, se van comiendo la naturaleza, nacen como setas. En lugares imposibles, terraplenes y cauces de ríos. Con problemas serios de suministro de agua o luz, de acceso imposible. Cultivan tierras marginales que apenas les dan para comer. Algunas comunidades tienen más de un siglo de existencia y, esta primera, cinco mil habitantes.

 
Nos reunimos con los jefes, y con la comisión de saneamiento (grupo encargado en liderar el cambio de conciencia y de motivar a la construcción y uso de las instalaciones). Hablamos con ellos y preguntamos como va la evolución. Después nos damos una vuelta a inspeccionar las nuevas letrinas, si las usan correctamente y han dejado de defecar en el bosque tendrán ayudas. Intentamos ir corrigiendo errores, enseñarles la importancia de tapar las letrinas, de utilizar ceniza, la higiene personal... Motivamos a los niños, y felicitamos a la gente que ha trabajado duro y bien. Paso a paso, poco a poco. El tema es de importancia vital ya que la cocina, la granja y el retrete está en menos de cien metros y aquí caer enfermo puede no ser una semana de cama.

Siete comunidades en dos días dan para mucho, conocer gentes, costumbres o mercados, también para recordar como las sunflies y los mosquitos siguen haciendo estragos.

 
 
 
 

martes, 8 de febrero de 2011

Cuando el hambre alimenta la pobreza del alma.

Llegué a Nigeria y observé las desigualdades sociales muy acusadas. Grandes todoterrenos, chalets de lujo y móviles de ultima generación dan la mano a gente que vive y come de la basura. Sin embargo, pronto me dí cuenta que aunque la mayoría de la gente es muy pobre, tiene para comer.

Otro tipo de pobreza les acecha ahora, una pobreza que no duele físicamente, si no que mata los espíritus y las almas de los hombres y mujeres que quieren ser libres. No muchos son conscientes, se han criado en la más absoluta rutina de cultivar, vender, comer, criar, pero algunos abren los ojos para despertar en una vida que no les deja margen para nada diferente. Aquí, la educación no es una prioridad. La cultura propia, tradicional, se cubre de esa anticultura occidental adoptada por todo el globo, donde la felicidad se equipara al consumo y tenencia de bienes absurdos. Analfabetos, necios, ignorantes, dóciles marionetas fáciles de manejar por la élite, no les queda otra.

Por eso, cuando desde aquí miro a mi país, y veo que abunda la misma gilipollez, acompañada de la desidia, desgana y pasotismo de quien puede y no quiere leer, me presiono, me obligo y me motivo para seguir una página más. Y recuerdo las palabras de Garcia Lorca:

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan.

No existen estadísticas fiables del gasto en Educación en Nigeria. Quizás porque no tengan un organismo encargado de las estadísticas suficiente, o quizás porque las cifras sean tan vergonzosas que el Gobierno prefiera no publicarlas. En cualquier caso, para hacernos una idea, optimistamente, estaríamos hablando de entre un 2 y un 3% del PIB. Sus vecinos Cameruneses destinan un 3%. En España superamos el 4% del PIB, EEUU no llega al 6%, en Noruega están en torno al 7%, Cuba en 2008 superó el 12%. Hay que tener en cuenta que la población en edad escolar de los países es muy diferente.

La educación, a través de la cultura, hace a las comunidades protagonistas de los cambios sociales y del desarrollo de sus pueblos, dándoles autonomía para tomar decisiones, decidir quienes quieren ser, y elegir su alternativa.

*Datos del Banco Mundial. http://datos.bancomundial.org/

sábado, 5 de febrero de 2011

Hay una calle en Calabar que no volveré a pisar. Rebosa vida, pero al contrario que el mercado que se apaga con la caída del sol, este cachito de inframundo se abre cuando ni las sombras pueden ser testigos de lo que sus dueños hacen. La calle se va iluminando con el fuego tambaleante de las hogueras que a ambos lados se encienden para freír ñame o tostar carne a la parrilla. Subimos calle arriba por ese asfalto derramado hasta el mismo canalón que hace de alcantarilla, siempre abierto, maloliente, sucio, que sigue paralelo al borde de la calle. Tenemos cuidado con no tropezar, apenas se ve el suelo. Los coches pasan muy cerca, y los faros se atreven a iluminar los rostros. Pedimos delicioso suya, ternera a la brasa, camino de uno de nuestros bares favoritos. Terracita, aire fresco y a ver pasar la movida. Mientras subimos contemplamos a ambas orillas bares sin nombre, el negocio más antiguo del mundo, gestionado por los más sucios carniceros. La música y el alcohol facilita la deprimente estampa de cadáveres derramando babas.

Nuestra terracita es una isla. Estamos apartados, sin música ni ruidos. Desconectamos nosotros también del mundo diario para charlar animosamente: El mundo es un caos, el sistema es incomprensible, la economía de manual un timo, la declaración de derechos humanos una falsa, quizás el empoderamiento de la mujer pueda cambiar algo, me gustaría que Mache hiciera albóndigas el sábado...

Mejor volver a casa. Andamos alegres, tenemos la suerte de ser conscientes de la profundidad del mundo y del cielo. Esquivamos baches, agujeros en esta trocha de arena, atajo que nos conduce a casa. De repente, las caras más oscuras de África se abalanzan sobre mi. Me aparto a uno con el brazo sin ser consciente aún de que no es un farol. Empujo al segundo. Empieza a llover y llego a casa empapado, vacío y frustrado. Se me atragantó el trago del peligro. Ya me lo dijo Arturo Pérez Reverte antes de salir, el mundo es un lugar peligroso.

3 Febrero 2011