El día 1 de Mayo es un día de protesta. Porque viene de donde viene, y porque nos sirve para recordar. Porque nos une como trabajadores. Pero aquí en Calabar, Nigeria, en el 1 de Mayo no hay manifestaciones, ni concentraciones, ni reuniones que sirvan para reclamar o protestar. Aquí, el Gobernador, se sube a una tribuna del palco del estadio de fútbol y hace su mitin político a 2000 trabajadores perfectamente ordenados y uniformados. El acto es hasta familiar. En sus casas, el resto de la población lo verá por la tele.
Aquí, parece ser, que el día del trabajo es también una celebración del fin de la esclavitud. Así que con ese tema de fondo, y centrándonos en los niños, decidimos remover conciencias con una actividad en contra del trabajo infantil y por el respeto de los derechos del niño. Carteles, un pequeño teatro, y algunas fotos.
Aún recuerdo cuando apenas llegamos a Nigeria, nos sorprendía y conmovía ver a los niños vendiendo por la calle, "Street Hawking". Eso que ya vemos tan normal, tan cotidiano, tan visible, y tan triste, no es más que la punta del iceberg. En las calles de Calabar hay centenas de niñas (desde los 6 años de edad) prostituyéndose por 50 Nairas (25 céntimos de euro) y hay decenas que recogen aluminio, hierro o cobre para ganar el equivalente de un par de platos de arroz al día. La esclavitud sigue en sus formas más perversas y el trabajo en sus formas más precarias.
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